La salud bucodental representa un tema crítico dentro del panorama de salud pública en México. De acuerdo con datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Patologías Bucales (SIVEPAB) de la Secretaría de Salud, alrededor del 90 por ciento de la población mexicana presenta algún tipo de afección dental, siendo la caries la enfermedad más frecuente y persistente.
Este dato alarmante pone en evidencia una problemática estructural que va más allá del cuidado personal, ya que refleja las desigualdades en el acceso a servicios de salud bucal, especialmente en comunidades de bajos recursos.
Para la doctora Cecilia Barrera, jefa de la carrera de Cirujano Dentista en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, esta situación está estrechamente relacionada con factores socioeconómicos que dificultan el acceso a consultas odontológicas, tratamientos preventivos y educación en higiene dental.
En muchas regiones del país, especialmente en zonas rurales y marginadas, la atención odontológica es escasa o inexistente, lo que contribuye a la progresión de enfermedades bucales desde edades tempranas. Esta realidad no solo impacta la calidad de vida de las personas, sino que también puede desencadenar problemas sistémicos de salud, como infecciones crónicas o complicaciones cardiovasculares.
Promover una mayor educación en salud bucal, así como garantizar el acceso equitativo a servicios preventivos y correctivos, es esencial para revertir esta tendencia y avanzar hacia una población más sana e informada.