Durante el verano, muchos niños y niñas disfrutan del receso escolar entre juegos, visitas a la playa, cursos de verano o convivencias familiares. Sin embargo, para otros, las vacaciones significan largas jornadas de trabajo bajo el sol, sin descanso ni recreación, y muchas veces en condiciones precarias.
En comunidades rurales y zonas urbanas marginadas, es común ver a menores de edad colaborando en actividades económicas: ayudando en campos agrícolas, vendiendo productos en la calle, trabajando en talleres o acompañando a sus padres en labores informales. Esta realidad, aunque normalizada en algunas regiones, encierra múltiples riesgos.
La pobreza es la principal causa que orilla a muchos niños a trabajar durante el verano. Las familias de escasos recursos recurren al trabajo de sus hijos para obtener un ingreso adicional que les permita sobrevivir o enfrentar gastos escolares del siguiente ciclo.
. Riesgos del trabajo infantil
Accidentes
Insolación
Emocional
Social
Fuente: Sondeo psicólogos
Mientras tanto, en otras zonas del país, los niños disfrutan del verano en parques acuáticos, campamentos recreativos o vacaciones familiares. El acceso desigual a estas oportunidades refleja una brecha profunda entre quienes tienen garantizados sus derechos y quienes no.
Organizaciones sociales y autoridades han señalado la importancia de reforzar programas que garanticen el bienestar infantil en temporada vacacional, promoviendo actividades lúdicas y educativas, así como mecanismos de apoyo económico para familias en situación vulnerable.