La prohibición federal de vender comida chatarra en escuelas ha afectado principalmente a las cooperativas escolares, mientras que los vendedores ambulantes continúan ofreciendo dulces y frituras fuera de los planteles sin enfrentar restricciones.
A un mes de la medida, persiste la venta informal de productos como bolis, cubitos y jugos, con algunos vendedores señalando que conocen la norma, pero no se les ha exigido detener su actividad. Otros incluso aprovechan la situación para introducir sus productos con ayuda de los padres o estudiantes
Hasta el momento, reportan que, no hay casos de hostigamiento por parte de reglamentos o salud municipal por lo que, continuaran con la oferta hasta que ya no les permitan.
En general, la medida ha sido percibida como abrupta y sin acompañamiento para los vendedores internos, pero los ambulantes aún no se enfrentan a la realidad. En algunas escuelas si se ha acatado la disposición y cambiaron el giro de ventas.
Aunque el objetivo de mejorar la salud infantil es válido, la falta de estrategias inclusivas para estos trabajadores informales ha generado tensiones y afectaciones económicas para las cooperativas establecidas. Pero la realidad afectación es para los niños, que siguen expuestos a la venta de dulces y comida chatarra al salir de las escuelas.
