La mañana de este sábado, el Kiosco del Malecón lució con la presencia de cientos de ciudadanos que participaron en la manifestación conocida como la Marcha del Sombrero, un movimiento que tomó fuerza nacional tras el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo.
El movimiento surge como una reacción ciudadana ante este crimen, ocurrido a principios de noviembre, y se ha extendido por distintos estados del país. La intención principal es exigir justicia y visibilizar el creciente hartazgo social frente a los hechos violentos registrados en los últimos meses, no solo en Baja California Sur, sino en todo México.
Durante la concentración en el Malecón, las consignas fueron claras: "No más violencia", "No más corrupción" y "No más invisibilización". Las y los asistentes señalaron que la marcha representa un llamado urgente a que las autoridades atiendan la situación de inseguridad y garanticen condiciones de paz.
Tras reunirse en el kiosco, los contingentes iniciaron su recorrido rumbo al Palacio de Gobierno, donde buscan entregar un mensaje de exigencia y memoria en torno al legado de Carlos Manzo y la responsabilidad del Estado frente a la violencia.
La convocatoria logró reunir a cientos de personas, de distintas edades y sectores.
Mientras La Paz mantenía un ambiente de tensión pero sin incidentes graves, en Cabo San Lucas la situación fue completamente distinta. Por la tarde, cientos de personas salieron a marchar e intentaron ingresar a la plaza pública León Cota Collins, donde se llevaría a cabo el informe del alcalde Cristhian Agúndez. Sin embargo, un grupo de policías les impidió el paso y el enfrentamiento fue inmediato: hubo empujones, golpes, gases lacrimógenos, tres personas detenidas y una joven lesionada. La tensión aumentó cuando los manifestantes encararon al gobernador de Baja California Sur, quien intervino para pedir a los policías que detuvieran las agresiones. A sólo unos metros del choque entre jóvenes y agentes, un vehículo embistió a una manifestante, lo que elevó aún más la indignación.
La marcha dejó múltiples lecturas. Hubo quienes acusaron a ciertos grupos de intentar apropiarse de un movimiento que ha sido genuinamente juvenil en otros países. }
"¿Por qué se apropian de movimientos juveniles? Esa bandera la han llevado jóvenes en muchos países? aquí no vemos juventud", reclamó un ciudadano inconforme. Otros, por el contrario, defendieron la autenticidad de la movilización al considerar que se trata de un despertar social sin interés político "Ningún líder ni organización debe sacar raja propia. Debe ser un movimiento social desinteresado", dijo un manifestante.
También hubo voces que respaldaron la protesta desde una perspectiva crítica hacia el gobierno "Está claro que no ha funcionado lo que prometieron y no se llama PRI ni PAN ni PRD, sino que es lo que está pasando en la actualidad", expresó el comerciante Luis Sierra.