En Baja California Sur, cada año se desperdician alrededor de 223 mil 108 toneladas de comida, de acuerdo con la Alianza para la Seguridad Alimentaria. El tomate encabeza las pérdidas con 35 mil toneladas, mientras que en el sector ganadero la leche de vaca registra la cifra más alta: 192 millones de litros desechados anualmente.
En el ámbito pesquero, se pierden 12 mil 475 toneladas de peces con escamas, y en los hogares sudcalifornianos se tiran 8 mil 582 toneladas de alimentos sólidos, además de 4.7 millones de litros de alimentos líquidos que terminan en la basura.
Frente a este panorama, desde 2021 el Banco de Alimentos Sudcaliforniano (BAS) recupera, selecciona y distribuye alimentos cada mes para más de 7 mil personas en situación vulnerable de La Paz, Los Cabos, Loreto y Comondú. Su directora, Alexandra Cortés, destacó que el objetivo es evitar el desperdicio y garantizar la seguridad alimentaria.
Actualmente, el BAS recolecta productos en más de 34 establecimientos, entre supermercados, restaurantes y huertas locales. "Tener la certeza de que en la semana van a tener alimentos necesarios para su calidad de vida? El alimento existe, pero no está llegando a las mesas de los sudcalifornianos; está llegando a los rellenos sanitarios", señaló Cortés.
Por su parte, la nutrióloga Laricsa Damián explicó que muchos alimentos pueden consumirse aun cuando ya no están completamente frescos, siempre y cuando no presenten signos de descomposición. Frutas y verduras enteras pueden durar hasta una semana en buen estado; sin embargo, con el paso de los días pierden vitaminas, antioxidantes y minerales, especialmente vitamina C y del grupo B. "Un alimento no totalmente fresco no significa que sea dañino, pero sí es importante consumirlos lo más frescos posible", puntualizó.
Mientras miles de toneladas siguen desperdiciándose, especialistas y organizaciones coinciden en la urgencia de frenar el desperdicio desde los hogares y fortalecer el rescate de alimentos para quienes más lo necesitan.