Para garantizar una experiencia segura y placentera en Playa Balandra, Alberto Guillén, director operativo de la Red de Observadores Ciudadanos, destacó la importancia de tomar medidas de precaución ante las corrientes marinas y los cambios de marea.
En años pasados, surgieron mitos sobre una peligrosa fosa en Balandra, con afirmaciones de que tenía una profundidad mayor a 30 metros y corrientes peligrosas. Sin embargo, Guillen informó que estudios realizados por buzos certificados de la Universidad Autónoma de Baja California Sur y técnicos de La Paz Waterkeeper confirmaron que la depresión de arena no supera los 12 metros de profundidad.
Esta zona, aunque no representa un peligro extremo, puede causar temor entre los visitantes debido al cambio de color del agua y la sensación de no tocar fondo.
Explicó que muchas veces el problema radica en que los turistas, confiados por la poca profundidad de la playa, se adentran sin saber nadar. Al llegar a la zona más profunda, pueden entrar en pánico, especialmente si hay corrientes asociadas con el cambio de marea.
Además, algunos atraviesan la playa cuando la marea está baja y, al regresar, encuentran el agua más profunda y con corrientes que pueden arrastrarlos hacia la laguna de manglares cercana.
En este sentido informó que para disfrutar de Balandra sin riesgos, se recomienda:
No cruzar al otro lado si no se sabe nadar: Aunque la playa parece ser poco profunda, algunas zonas requieren habilidad para nadar.
Usar chaleco salvavidas: Es una opción ideal para quienes no son nadadores experimentados.
Evitar el consumo de alcohol antes de nadar: Esto puede afectar el juicio y la capacidad de reacción en caso de emergencia.
Consultar con los guarda parques y voluntarios: Al llegar a Balandra, es importante preguntar sobre las condiciones de la playa, las mareas y las recomendaciones de seguridad.
Gracias a los esfuerzos de la CONANP, la playa cuenta con guarda parques, voluntarios y, en temporadas altas, apoyo de la Marina y cuerpos de rescate. Además, se han instalado letreros informativos en puntos clave, aunque la colocación de boyas se ha descartado para preservar el entorno natural de la playa.
Guillén destacó que Balandra es un sitio seguro siempre que los visitantes tomen las medidas necesarias y respeten las reglas del lugar. Por ejemplo, se pueden usar artefactos flotantes como kayaks para explorar la zona de manera segura.
Contrario a lo que algunos informes afirman, la corriente en Balandra no es tan peligrosa como para arrastrar a las personas mar adentro. Las corrientes más fuertes llevan hacia la laguna de manglares, un área cerrada donde el rescate es más sencillo. No obstante, Guillén insistió en que es esencial informarse antes de llegar, respetar las señalizaciones y acatar las recomendaciones de las autoridades ambientales.
Finalmente, recordó que Balandra es un área natural protegida que debe ser disfrutada de forma consciente. Informarse, seguir las reglas y cuidar el entorno son acciones clave para mantener este paraíso seguro y accesible para todos los visitantes.