La reciente intención de Ernesto Ibarra Montoya de incorporarse a Morena en Baja California Sur generó debate sobre el fenómeno del transfuguismo político en la entidad.
El transfuguismo político se refiere al cambio de afiliación de un político de un partido a otro, generalmente en busca de beneficios personales o de poder.
Ibarra ha sido candidato a la alcaldía de Los Cabos en diversas ocasiones, postulándose por distintos partidos como PAN, PT y Fuerza por México.
De acuerdo con el registro del INE, la trayectoria de Ibarra incluye afiliaciones alternadas: PAN, PT, Fuerza por México, PAN y ahora Morena. Su posible adhesión a Morena, partido que hasta hace poco había criticado abiertamente, fue interpretada por algunos como un gesto de oportunismo político.
Sin embargo Juan Pablo Fogueroa García, vocal secretario de la Junta Local Ejecutiva del INE en Baja California Sur informó que los ciudadanos y los propios políticos tienen libertad de afiliarse o desafiliarse de un partido, un derecho protegido constitucionalmente y no limitado por el INE.
"El derecho a afiliarse viene de lo que es el derecho de asociación política, consagrado en la Constitución. Nuestra función como autoridad es garantizar que esta afiliación sea libre y auténtica."
El cambio de partido no es un fenómeno aislado en Baja California Sur. Diversos políticos han transitado entre distintas fuerzas políticas, motivados por estrategias electorales, aspiraciones personales o desacuerdos internos. Entre ellos se encuentra Leonel Cota Montaño, Armida Castro, Ricardo Barroso, Carlos Mendoza Davis y Carlos Godínez, quienes han pasado por partidos como PRI, PAN, PRD, PVEM, MC y Morena.
Exfuncionarios del INE destacan que la democracia depende de una ciudadanía activa más que de líderes carismáticos. Edmundo Jacobo Molina, exsecretario ejecutivo del INE, recordó la importancia de la participación ciudadana en procesos históricos:
"Una ciudadanía que ya lo hizo alguna vez se encargó de sacar al PRI de Los Pinos y promover una transición democrática. Si recuperamos ese espíritu ciudadano, lo lograremos otra vez para orientar el rumbo del país. Aquí lo que queremos es un partido de causas, no de líderes carismáticos."
Aunque el cambio de partido no está prohibido, especialistas subrayan la necesidad de que la representatividad ciudadana no se vea afectada, y que la decisión de los políticos responda a un equilibrio entre aspiraciones personales y el interés de la ciudadanía.