La prevención del cáncer ya no es un asunto exclusivamente de hospitales o gobiernos: las empresas tienen un papel central. Al invertir en detección temprana, hábitos de vida saludable y programas de bienestar, no sólo contribuyen a la salud de sus colaboradores, sino que también protegen su capital humano y financiero. En un contexto global donde el cáncer se perfila como uno de los principales retos de salud y productividad, cada vez más empresas están adoptando programas de prevención, detección temprana y apoyo para empleados. Ya no se trata únicamente de responsabilidad social, sino de una estrategia integral que impacta tanto al bienestar del personal como a los resultados de la propia organización. En Nogales las distintas maquiladoras ofrecen talleres, conferencias, jornadas de salud y actividades físicas para resaltar la importancia de la prevención de esta y otras enfermedades. Según la Sociedad Americana del Cáncer, el 80 % de los empleadores identifican al cáncer como uno de los tres principales impulsores de sus costos en salud laboral En un estudio de Instituto Global Wellness señala que el cáncer ya es el principal impulsor de costos en programas de salud para empleados, con el 40 % de los empleadores anticipando un aumento de casos en etapas avanzadas. Las empresas tienen varias razones para involucrarse directamente en la prevención del cáncer, por ejemplo tienen reducción de costos de salud, ya que el tratamiento de cáncer suele implicar altos gastos y bajas prolongadas. Mejora del bienestar y productividad de los empleados, contribuyendo a menor ausentismo y mayor compromiso, Imagen y responsabilidad social corporativa, participar en salud preventiva refuerza su reputación y atractivo como empleador. En México aún hay brechas en la prevención, pero las empresas que ya han adoptado programas de selección de riesgo, revisión periódica, educación sobre estilos de vida y programas de apoyo para empleados con cáncer muestran cómo la colaboración público-privada puede marcar una diferencia.