Se levanta paro de productores en franja fronteriza

Tras la reunión sostenida este jueves 27 de noviembre entre la Secretaría de Gobernación y dirigentes del sector agrícola y de transporte, los bloqueos carreteros y cierres en las garitas fronterizas fueron levantados desde anoche en gran parte del país. Sin embargo, las afectaciones provocadas durante las horas de cierre dejaron un impacto inmediato en el comercio binacional y generaron preocupación entre autoridades y empresarios del sur de Arizona.

De acuerdo con estimaciones de la Autoridad del Puerto del Condado de Santa Cruz, cada día de interrupciones en la frontera representó pérdidas superiores a los 106 millones de dólares para la cadena comercial entre México, Estados Unidos y Canadá. La zona de Nogales, uno de los principales puertos de entrada de productos agrícolas, fue especialmente vulnerable debido a que el paro coincidió con la semana de Acción de Gracias, considerada temporada alta para la exportación de pepinos, calabazas, melones y sandías provenientes de Sonora y Sinaloa.

Aunque los bloqueos ya fueron retirados, el sector comercial fronterizo resintió retrasos en la distribución, tiempos extendidos de cruce y desajustes logísticos que afectaron a supermercados, centros de distribución y mayoristas en Estados Unidos. La incertidumbre generada llevó a empresas estadounidenses a advertir sobre una posible reubicación de proyectos agrícolas e infraestructura hacia otros países, especialmente ante el incremento de riesgos en carretera y la falta de garantías para el transporte seguro de mercancías.

El impacto tampoco se limitó a la frontera. De acuerdo con reportes operativos, los bloqueos registrados en rutas estratégicas del país ?incluidas salidas de Culiacán, Guadalajara, Ciudad de México y diversos tramos de autopistas de cuota? interrumpieron la movilidad de mercancías desde el interior de la República, generando pérdidas adicionales a productores, transportistas y distribuidores

Aunque el paro concluyó tras la instalación de mesas de trabajo con el Gobierno de México, el sector comercial estadounidense advirtió que cada día de cierre no solo implica pérdidas económicas, sino también una disminución en la credibilidad y competitividad del producto mexicano en mercados internacionales. Pese a la comprensión hacia las demandas del sector agrícola nacional, la región fronteriza requiere estabilidad y coordinación para evitar que futuras interrupciones sigan poniendo en riesgo inversiones y empleos en ambos lados de la frontera.