La diabetes tipo 1 una enfermedad autoinmune en la que el páncreas deja de producir insulina exige una disciplina constante en la alimentación, ya que cada carbohidrato cuenta. Además, datos recientes evidencian que millones de personas en el mundo enfrentan esta condición. En 2025 se estima que hay 9.5 millones de personas viviendo con diabetes tipo 1 en todo el mundo, un incremento del 13 % respecto a 2021. De estos casos, una parte significativa corresponde a jóvenes: unos 513,000 nuevos diagnósticos estimados para 2025, de los cuales 43.3 % ocurrirán en personas menores de 20 años. Fuente: IDF Diabetes Atlas 2025. Para una persona con diabetes tipo 1, la alimentación no es opcional: es parte del tratamiento. Las recomendaciones nutricionales básicas son: Priorizar verduras frescas, legumbres, granos enteros y alimentos ricos en fibra. Incorporar proteínas magras como pescado, pollo, huevos, legumbres. Usar grasas saludables ?aguacate, nueces, aceite de oliva, en lugar de grasas saturadas o procesadas. Moderar el consumo de frutas y otros carbohidratos, calculando con cuidado las porciones y cuando corresponda ajustando la dosis de insulina. Evitar o limitar azúcares simples, refrescos, dulces, harinas refinadas, así como alimentos ultraprocesados. Gracias a la detección temprana, los niños que hoy son diagnosticados con diabetes tipo 1 tienen mejores oportunidades que en décadas pasadas. El reconocimiento rápido de los síntomas por parte de médicos y padres permite iniciar tratamiento antes de que aparezcan complicaciones graves. Además, los avances en insulina, los monitores continuos de glucosa y las bombas inteligentes han transformado su calidad de vida, reduciendo hospitalizaciones y facilitando un control más estable. Con educación, seguimiento médico y acceso a tecnología, a una mejor nutrición, la mayoría de los niños con diabetes tipo 1 puede llevar hoy una vida activa, plena y cercana a la normalidad.