El gobernador Mauricio Kuri aseguró que ha sido transparente con su patrimonio desde 2015 y defendió que los logros de Querétaro no deben ponerse en duda
Ante los señalamientos sobre su patrimonio personal, el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, respondió públicamente señalando "A Querétaro lo vamos a defender siempre". Asegura que todo lo que tiene lo ha conseguido con trabajo y que desde su ingreso a la política, en 2015, ha transparentado cada año su situación patrimonial.
En un video publicado en redes sociales, el mandatario dijo que vendió sus empresas hace casi una década para dedicarse de lleno a la política y que, desde entonces, ha cumplido con sus obligaciones como funcionario.
"Yo puedo demostrar que un empresario puede ser un muy buen servidor público. Lo hemos demostrado con resultados. Que no vengan aquí a desinformar, a decir lo que no queremos en Querétaro", afirmó, sin mencionar directamente a la dirigente partidista que cuestionó sus bienes.
El gobernador también aprovechó para presumir logros económicos del estado, como la reciente inversión de Amazon por más de cinco mil millones de dólares, además de la llegada de gigantes tecnológicos como Google y Microsoft. Según él, uno de cada 10 empleos formales del país se genera en Querétaro.
Más allá de los números, el gobernador insistió en que su gobierno apuesta por transformar la vida de las personas, no la de los políticos.
"Yo no me metí al servicio público para cambiar mi realidad, sino para cambiar la tuya. Que te vaya mejor, que aspires a más", recalcó.
Aun así, el mensaje tuvo un tono de advertencia: sin confrontaciones, pero con firmeza. "No vamos a permitir que se diga lo que no es. Aquí no respaldamos enfrentamientos estériles, pero Querétaro se defiende, y se defiende con la verdad", dijo.
La controversia surge en un contexto donde las denuncias y los ataques entre partidos comienzan a escalar rumbo a los procesos políticos que se avecinan. Kuri, por lo pronto, se planta: defiende su gestión, su trayectoria y la imagen de un estado que ?según él? prefiere resultados antes que pleitos.