Terremotos:  una herida que no cierra
Seguridad

Terremotos: una herida que no cierra

Por: Leticia Alcántara
CDMX
Fecha: 19-09-2025


19 de septiembre: dos terremotos que marcaron a México y la memoria de sus habitantes


El 19 de septiembre es una fecha que quedó marcada en la historia de México. A las 7:19 de la mañana de 1985 y a las 13:14 horas de 2017, la Ciudad de México fue sacudida por dos terremotos que dejaron miles de muertes y una huella imborrable en la memoria colectiva.

De acuerdo con cifras oficiales, en 1985 murieron 3,192 personas, mientras que en 2017 la cifra fue de 228 fallecidos. Ambos sismos transformaron la forma en que se entiende la prevención y la reconstrucción en la capital.

El terremoto de 1985 golpeó con mayor fuerza al Centro Histórico, Tlatelolco y la colonia Roma, con edificios icónicos como el Hotel Regis y talleres en la colonia Obrera reducidos a escombros. En 2017, las afectaciones se concentraron en Roma, Condesa, Tlalpan, Tláhuac y Xochimilco, con escenas que evocaron la tragedia vivida tres décadas atrás. Solo ese año se reportaron 22 mil viviendas dañadas.


La reconstrucción, a casi una década del 2017

Casi cuatro décadas después de 1985 y ocho años tras el de 2017, la Ciudad de México muestra avances en materia de alertamiento sísmico, normas de construcción y programas de reconstrucción. Sin embargo, para quienes sobrevivieron o perdieron a familiares, el 19 de septiembre sigue siendo una herida abierta que recuerda la fragilidad de la ciudad frente a los sismos.

La Comisión para la Reconstrucción de la Ciudad de México asegura que el proceso tiene un 92% de avance y que prácticamente todas las viviendas colapsadas han sido rehabilitadas o reconstruidas.

En multifamiliares es donde tenemos pendiente un 7%, pero con avances de entre 50% y 98% en su ejecución", explicó el director general operativo de la Comisión, Víctor  Olvera Toledo. 

De las 514 quejas relacionadas con los sismos ante la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, 504 ya están concluidas.

Más allá de los edificios reconstruidos, los sobrevivientes cargan con las cicatrices invisibles. Eduardo Tort, habitante de un inmueble colapsado en 2017 en Rancho del Arco, asegura sentirse seguro en su nuevo hogar:

"Cuando tiembla no me da la necesidad de salir corriendo, es bastante seguro".

En contraste, María Angélica Ramírez Lara, quien fue rescatada de entre los escombros del mismo edificio, confiesa que las secuelas emocionales siguen presentes:

"Sí me cuesta trabajo estar sola, más en estas fechas. Trato de estar tranquila, pero no lo estoy".


El dolor también persiste en la memoria de quienes vivieron la tragedia del Colegio Rébsamen, donde murieron 19 niños y 7 adultos. Elsa García, vecina del plantel, recuerda:

"Lo más tremendo fue cuando llegaron los papás?()  insultaban, maldecían, era un dolor indescriptible".





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