El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles una orden ejecutiva para aplicar un arancel del 50% a la importación global de cobre y sus derivados, en una medida que entrará en vigor el 1 de agosto.
El objetivo, según la Casa Blanca, es proteger la industria nacional ante lo que considera una amenaza a la seguridad del país por la creciente dependencia del cobre extranjero.
La medida impactará a productores y exportadores de cobre en todo el mundo, salvo algunas excepciones. Entre los productos que quedarán exentos del gravamen se encuentran los cátodos de cobre, como los que exporta Chile, el mayor productor mundial de este metal. De hecho, en 2024, Chile envió a Estados Unidos un total de 5 mil 600 millones de dólares en cobre, lo que representó el 11.1% de sus exportaciones totales.
La administración Trump argumenta que la sobrecapacidad global, los subsidios estatales en países productores y las regulaciones ambientales más laxas han afectado la competitividad de la industria estadounidense.
Por ello, además del arancel, se establecerán controles especiales sobre los insumos básicos del cobre, como minerales, concentrados, cátodos, ánodos y chatarra. Al menos el 25% de estos materiales deberán ser producidos dentro de Estados Unidos.
Con esta orden, concluye la actual tregua arancelaria y se abre una nueva etapa de tensiones comerciales que podrían escalar en los próximos meses, especialmente si se amplía el alcance de los gravámenes. Por ahora, los cátodos chilenos seguirán ingresando a Estados Unidos sin penalización, pero bajo estricta vigilancia.
La industria del cobre es estratégica para muchas economías, y cualquier restricción o modificación arancelaria tiene implicaciones en cadena. En el caso de Estados Unidos, el anuncio podría significar aumentos en costos para manufactura, infraestructura y energía, sectores que dependen del cobre como insumo esencial.
Esta acción de Trump se suma a otras medidas comerciales tomadas en meses recientes, con las que busca revitalizar sectores industriales nacionales, reforzar el control sobre importaciones clave y limitar la influencia económica de competidores como China.