En cada sesión de Cabildo, una imagen se repite: regidores distraídos con sus teléfonos, captando fotografías de sus participaciones en lugar de prestar atención a quien tiene el uso de la voz.
Este comportamiento ha generado críticas tanto de la ciudadanía como de la clase política, pues en la mesa de Cabildo se discuten temas de interés público que requieren concentración y respeto por parte de los ediles, sin embargo, sesión tras sesión, algunos regidores parecen más interesados en documentar su asistencia que en atender los asuntos en debate, e incluso llegan a ignorar al presidente municipal cuando toma la palabra.
El descontento de la población se refleja en comentarios que exigen mayor profesionalismo y compromiso por parte de los representantes municipales, recordándoles que su función es legislar y no posar para la foto.
