Cada domingo por la tarde- noche, el jardín principal se transforma en un espacio de alegría y convivencia familiar. Decenas de familias se reúnen para disfrutar de una velada diferente, donde la música en vivo se convierte en el alma del lugar. Al ritmo de cumbias, danzones y boleros, parejas y grupos de amigos se animan a bailar, mientras otros optan por caminar entre los pasillos arbolados o sentarse a degustar alguna botana típica de la región.
Niños jugando, adultos platicando y abuelitos moviendo los pies al compás de la música crean una atmósfera que invita a quedarse. Este tipo de actividades no solo generan entretenimiento, sino que también ofrecen un respiro necesario frente a la complicada realidad que vive el municipio día tras día.
Para muchos, estos momentos significan una forma de reconectar con la comunidad, olvidar por unas horas las preocupaciones y simplemente disfrutar del presente. La respuesta positiva de la ciudadanía deja claro que Salamanca necesita más espacios y actividades recreativas como esta, donde la cultura, la música y la sana convivencia sean el motor de esperanza y unidad para todos sus habitantes.