El gobierno de Estados Unidos informó sobre un alza drástica en los ataques contra agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), registrando un aumento superior al 800% en lo que va de 2025, respecto al mismo período del año anterior
Esta cifra representa un desafío creciente para la seguridad de estos oficiales, quienes están más expuestos a agresiones mientras cumplen con sus labores migratorias en medio de un ambiente cada vez más tenso.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) atribuye este incremento en gran parte a la retórica hostil que ha proliferado en ciertos medios y entre miembros del ámbito político, especialmente de algunos sectores demócratas que, según el DHS, promueven mensajes que incitan al rechazo y la violencia contra los agentes.
De hecho, el DHS denunció casos en los que congresistas han divulgado información confidencial o han estado involucrados en agresiones físicas contra miembros del ICE, lo cual agrava la presión sobre estas fuerzas de seguridad.
La subsecretaria del DHS, Tricia McLaughlin, expresó su preocupación por esta situación
Señaló que los agentes están desempeñando un papel fundamental al retirar de las comunidades estadounidenses a personas acusadas de delitos graves, como terroristas y criminales, pero enfrentan crecientes ataques motivados por discursos exagerados y polarizadores que no ayudan a mantener un ambiente seguro para ellos.
McLaughlin calificó como inaceptable que quienes solo cumplen con su deber sean blanco de agresiones.
Un caso concreto mencionado se dio en Portland (Oregón), donde un agente fue víctima de hostigamiento cuando un desconocido dejó basura y un cartel ofensivo en su jardín particular.
También se registró un ataque fallido en Los Ángeles, donde un agresor lanzó una bomba molotov contra un hotel donde se alojaban equipos del ICE y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
La situación se agudizó en California a partir de junio, cuando ICE y CBP lanzaron una gran ofensiva contra inmigrantes indocumentados, sobre todo en el condado de Los Ángeles, con cerca de un millón de personas sin papeles
Estas redadas masivas provocaron protestas masivas y un clima de mayor tensión social y política, lo que coincide temporalmente con el repunte en agresiones contra los agentes.
El DHS también denunció la circulación de informaciones falsas que, según sus términos, "demonizan" a sus fuerzas de seguridad y alimentan el odio contra ellos. Argumentan que esta desinformación contribuye a aumentar la violencia y pone en riesgo la integridad de sus funcionarios, que simplemente intentan hacer cumplir la ley.
Por su parte, algunos legisladores republicanos han respondido proponiendo leyes para endurecer las penas contra quien ataque a agentes migratorios y han solicitado mayores recursos para protegerlos.