Activistas de Greenpeace México realizaron un llamativo acto de protesta para exigir al gobierno mexicano la protección de la Selva Maya, hogar de especies únicas como el jaguar y de comunidades que dependen de su biodiversidad
Desde la Estela de Luz, en Ciudad de México, nueve activistas escalaron 70 metros para desplegar una manta de 27 metros con la leyenda: "La Selva Maya Grita. Semarnat, ¡Sálvala!".
La acción, que incluyó bengalas de humo no tóxicas, simbolizó la urgencia de proteger este ecosistema frente a la presión de múltiples industrias.
Deforestación acelerada y amenazas al ecosistema
En los últimos cinco años, casi 300 mil hectáreas de la Selva Maya han sido deforestadas, más que en las dos décadas anteriores combinadas.
Según Carlos Samayoa, coordinador de la campaña "México al grito de ¡Selva!", la zona enfrenta la explotación de la industria inmobiliaria, hotelera e infraestructura ferroviaria, mientras la Semarnat, encargada de protegerla, ha mostrado omisión ante estas amenazas.
Proyectos como el Tramo 5 del Tren Maya han causado la pérdida de más de 10 millones de árboles y afectaciones irreversibles a especies en peligro, al tiempo que la construcción de 15 mil pilares de gran escala contamina acuíferos vitales, señala la organización
Impactos recientes y autorizaciones controvertidas
Entre los últimos impactos denunciados por Greenpeace se incluyen:
Greenpeace México exige a la Semarnat un plan integral de protección de la Selva Maya, elaborado con la participación de comunidades locales, expertos y organizaciones ambientales.
"Se trata de un grito de indignación y de esperanza: solo la acción colectiva puede salvar la Selva", señaló Samayoa.
La organización advierte que, de no frenarse estas políticas, la región enfrentará daños irreversibles para su biodiversidad y para los pueblos que dependen de ella.