Entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2025 en Oaxaca se registraron 38 muertes violentas de mujeres, de las cuales únicamente 8 (21%) fueron tipificadas oficialmente como feminicidio y 30 (79%) como homicidio doloso femenino según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Esta disparidad se profundiza si consideramos el monitoreo del Grupo de Estudios Sobre la Mujer "Rosario Castellanos" (GESMujer), que documentó 35 casos de feminicidio en el mismo periodo y hasta la fecha cuenta 46 asesinatos en todo el año, todos ellos con características de violencia de género; es decir explosión desproporcionada de odio misógino, uso de arma de fuego en 63 % de los crímenes y 37% de las víctimas halladas en sus propios hogares.
En la región del Istmo de Tehuantepec suman ya 12 feminicidios en lo que va de 2025, con casos recientes como el de M.A.A., asesinada a cuchilladas el 4 de julio en la Agencia de Álvaro Obregón, Juchitán de Zaragoza, y el de Maribel, ejecutada a balazos el 22 de julio en el parque Heliodoro Charis Castro, a la luz del día y en el marco del operativo policiaco Sable, que realizan fuerzas federales y estatales en el territorio juchiteco.
A nivel penal, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca ha obtenido, entre junio y julio de 2025, al menos dos autos de vinculación a proceso por feminicidio agravado y tentativa de feminicidio en Reyes Mantecón y Santa Cruz Xoxocotlán, además de sentencias condenatorias de más de 66 años de prisión en dos casos (uno por agresión con objeto contundente y otro por asfixia mecánica) y otra de 48 años por un feminicidio en la región de la Costa.
Estas cifras revelan un grave subregistro oficial y una impunidad persistente, pues menos de la mitad de las investigaciones abiertas por feminicidio llegan a vinculación y apenas un puñado a sentencia, dejando a la mayoría de las víctimas sin justicia efectiva.