Pirotecnia clandestina coloca a Oaxaca entre los estados más vulnerables por explosiones

La Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos (CEPCyGR) de Oaxaca lanzó en días recientes un llamado a la población para reportar cualquier venta, transporte o almacenamiento de pirotecnia que opere fuera de la norma. La advertencia marca el inicio de una de las temporadas de mayor riesgo en la entidad, cuando el uso de cohetes se dispara y los incidentes tienden a multiplicarse.

Los registros del Centro Nacional de Prevención de Desastres señalan que, entre 2003 y 2021, Oaxaca acumuló alrededor de 44 accidentes relacionados con pirotecnia, colocándose entre los estados con mayor incidencia del país. A nivel nacional, la pirotecnia está entre las principales causas de accidentes con sustancias peligrosas, con 628 siniestros vinculados a artificios explosivos y el propio informe técnico alerta que los talleres clandestinos concentran 40.8% de los accidentes mientras que los talleres autorizados el 11.6%, lo que evidencia que buena parte del riesgo se encuentra en espacios sin control ni condiciones mínimas de seguridad.

Estos antecedentes reavivan la discusión sobre la convivencia entre polvorines regulados y la venta ilegal. Aunque la fabricación, almacenamiento y comercialización de pirotecnia requieren permisos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y estrictos dictámenes de seguridad, en Oaxaca no existe un padrón público actualizado de establecimientos autorizados. Esta ausencia de información impide a la ciudadanía identificar con certeza qué lugares cumplen con la normativa y cuántos operan legalmente en la actualidad.

A la luz de esta información y de los antecedentes nacionales, se observa una persistente diferencia entre regulación y la realidad; a pesar de estas advertencias, la fiscalización y supervisión siguen siendo débiles. Los puestos ambulantes, los talleres encubiertos y los depósitos improvisados vuelven en comunidades de todo el estado conforme se acercan las fiestas de fin de año, manteniendo activo un riesgo que año tras año deja lesiones, daños materiales y emergencias que podrían evitarse.