La seguridad en Oaxaca enfrenta un nuevo desafío, luego de que más de 300 elementos de la Policía Estatal anunciaran que detendrán sus actividades de manera indefinida a partir del miércoles 26 de febrero. Esta decisión surge como respuesta a la intención del titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Iván García Álvarez, de cesarlos de sus funciones, argumentando que no superaron las pruebas de control y confianza.
Los afectados aseguran que esta medida es solo un pretexto para retirarlos de la corporación y reemplazarlos por personal afín al secretario. Además, denuncian que primero buscan desarmarlos para posteriormente reasignarlos a otras tareas o despedirlos, tal como ocurrió con trabajadores administrativos en el pasado.
"Tenemos años de servicio dentro de la institución y no somos nuevos. No permitiremos que nos despidan arbitrariamente para beneficiar a otros", manifestaron los agentes inconformes, quienes también señalan que el secretario García Álvarez ha perdido el respaldo de la tropa debido a su gestión y a las irregularidades que se le atribuyen.
Este conflicto se presenta en un contexto donde, pese a los informes oficiales que posicionan a Oaxaca como un estado seguro, la criminalidad y la violencia siguen en aumento. Ante esta situación, los policías han dejado claro que defenderán sus derechos laborales y no permitirán despidos injustificados.