En pequeños con problemas genéticos o alteraciones durante el proceso de alumbramiento, la detección y atención pronta es lo más recomendable; ante los avances médicos- tecnológicos, actualmente existen pruebas que brindan un panorama sobre las afectaciones que puede presentar el producto, antes de nacer.
"Si es importante valorar al bebé, darle un buen diagnóstico y con base en ello crearle un buen tratamiento, desde edades muy tempranas; para esto está la rehabilitación pediátrica", indicó Fernando Montero Peregrina, especialista en Terapia Física y Rehabilitación.
Sumado a ello, la estimulación temprana y/o psicomotriz, contribuyen no solo al aprendizaje sino al desarrollo de habilidades y funciones, al desarrollo integral de los menores con o sin afectaciones de nacimiento.
"Todos los seres humanos con o sin discapacidad somos iguales, la diferencia son las características del cerebro, que para desarrollarlo requerimos los principios básicos de la estimulación temprana, de la psicomotricidad", indicó el doctor Raúl Alejandro Cure García, Neurólogo, Maestro en Neurodesarrollo.
Factores socioeconómicos, educativos, culturales y políticos en los que se encuentran los progenitores, cuidadores primarios, responsables, o madres y padres autónomos, determinan las posibilidades de atención y seguimiento para estos niños.
"Decían que él iba a padecer, que no iba a poder en la escuela, que debía tomar muchos medicamentos, pero sí, si puede", expresó María de los ángeles madre de Santiago, diagnosticado de manera tardía con Hemiparesia Derecha Congénita.
Las afectaciones físicas más comunes en recién nacidos suele ser el pie equinovaro, la displasia de cadera, y por alteración genética como la trisomía 21 también conocida como síndrome de Down, o alguna distrofia, de acuerdo a especialista en terapia física y/o rehabilitación.
"No es lo mismo un niño que tiene pie plano, que se tropieza mucho y no tiene mucha destreza para practicar deporte; a un niño con mucha habilidad motora, fuerza y que es muy competitivo; el niño que tiene esa deficiencia motriz va a tener inseguridad a la hora de enfrentarse con otros niños", explicó Montero Peregrina.
Un pequeño que necesitará de aparatos ortopédicos toda su vida o temporalmente, es más vulnerable a inseguridades, percepciones negativas sobre sí mismo, lo que puede repercutir en su rendimiento académico y en sus habilidades de socialización, por ejemplo; por lo que, la salud emocional es otro de los pilares que debe atenderse como parte de una rehabilitación en menores con afectaciones físicas y/o discapacidad; pero la disponibilidad de recursos ya sea para una atención en el servicio de salud pública o el acceso a un servicio particular, vuelve a ser el reto para decenas de familias.