Si bien el Plan Nacional Hídrico en escancia propone reducir las brechas en materia de acceso, gestión, administración, aprovechamiento y usos del agua en México, pugnando entre tanto, sobre un Registro Nacional de Agua para el Bienestar (Renab)"; la normativa limita y contradice la premisa "agua para todas y todos", cuando se habla de asentamientos humanos fuera de los Programas o Cartas de Desarrollo Urbano, de los territorios; sin embargo, las alternativas sostenibles emergentes debieron ser uno de sus puntos.
"Lo que indica la ley, o lo que limita en algunos casos y en lo que se contradice con el Plan Nacional Hídrico, es en cuanto a que todo lo que conlleva a colonias o zonas irregulares donde las autoridades no están obligadas a darles los servicios", indicó Juan José Hernández del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM).
"Es un plan hecho con las mejores intenciones, admitiendo y previendo que el agua se nos está convirtiendo en un problema muy serio, de dimensiones incalculables en un futuro no muy lejano y que en consecuencia se quiere actuar, el problema es que quienes lo diseñan no tienen la perspectiva completa, de todo el fenómeno, muy probablemente", precisó el doctor Jorge Alberto Calles Santillana, Profesor Investigador en la BUAP.
Además de la actualización de los Programas o Cartas de Desarrollo Urbano, para el ordenamiento de los asentamientos y con ello garantizar su acceso al agua potable; labor de los municipios.
"Hay que ordenar, bien; pero entonces qué alternativas estás dejando en lo que se regulariza y en lo que también la autoridad local comienza a dotar de servicios a quienes no tienen", añadió Hernández.
Los municipios también deben contribuir en la generación de alternativas que disminuyan el impacto social, durante el desarrollo de las regulaciones contempladas en el Plan Nacional Hídrico, mediante estrategias o planes previamente concebidos, considerando que a nivel nacional cuando se anunció el Plan, a finales de noviembre de 2024, también se señaló un "Plan Maestro" entre municipios, estado y federación para el desarrollo de infraestructura de agua potable y administración del recurso; proyectos que atiendan a las regiones, con mayor necesidad de acceso al "derecho humano al agua".
"Si empiezas a regular u ordenar todo lo que existe de manera que no normada, como son los pozos ilegales, debes prever esta situación para donde se está distribuyendo o dotando esta agua y que no se vea afectada esa población", agregó Hernández.
"Hay problemas de infraestructura, muy serios, por ejemplo, en la mayoría del país la mayoría de las redes de distribución del agua son muy viejas, no han sido actualizadas, no se han extendido", finalizó Calles Santillana.
Si bien la autoridad federal también debe estar preparada con alternativas emergentes, los municipios tienen la oportunidad de gestionar para atender problemáticas que se han venido arrastrando desde hace años e incluso de contribuir en el cuidado del agua a través del mejoramiento, modernización, renovación de sus redes de agua potable.