La apertura de la autopista Tepic?San Blas modificó por completo la dinámica económica de Jalcocotán, dónde negocios tradicionales reportan caídas de hasta 80% tras perder la afluencia turística que por décadas sostuvo la economía local.; aunque la vía rápida acelera el acceso a playas como Miramar y San Blas, dejó fuera del mapa a una comunidad que dependía del tránsito carretero.

Josué Morquecho Ibarra, propietario de la panadería "Los Cuates", señala que la nueva carretera transformó la actividad comercial: "Antes todo pasaba por aquí; ahora sólo nos queda la clientela exclusiva". La panadería, fundada en 1927 y famosa por sus galletas "duritas", logró mantenerse gracias a su reputación estatal, pero otros negocios redujeron producción o trabajan únicamente fines de semana debido a la drástica baja en visitantes.

El comerciante recuerda que, durante la construcción de la autopista, los habitantes solicitaron un espacio tipo tianguis en la zona de descanso para vender sus productos, pero la propuesta nunca fue atendida: esta falta de integración comercial profundizó el impacto en un pueblo que tradicionalmente era parada obligatoria de quienes viajaban a las playas de San Blas.

César Bugarín Montoya, maestro cervecero de "Jalco Brewing", coincide en que la autopista modificó la economía local, aunque en su caso no ha representado un beneficio claro; explica que la vía rápida "mejora la conectividad, pero tumbó la afluencia que sostenía a Jalco", y que la carretera libre sigue siendo la ruta más funcional para quienes desean visitar el pueblo, evitar el peaje o consumir productos locales.
Ambos productores señalan que la federal, pese a sus curvas, continúa siendo la opción más práctica para llegar a la comunidad, mientras que la autopista implica más kilómetros, más gasolina y un peaje, además de una salida poco clara hacia Jalcocotán; esta combinación ha limitado la llegada de nuevos visitantes y frenado la recuperación económica del poblado.
Aun con las afectaciones, Jalcocotán conserva una identidad productiva única: galletas artesanales, frutas deshidratadas, tamales, café y cerveza local; productores como Morquecho y Bugarín llaman a la ciudadanía a volver a la carretera libre, visitar el pueblo y apoyar a los negocios que buscan mantenerse en pie frente a un panorama que cambió sin que el pueblo fuera tomado en cuenta.
