La extorsión sigue operando como un delito discreto pero devastador. A diferencia de otros crímenes más visibles, esta práctica se instala con amenazas sutiles, llamadas anónimas o cobros obligados que se vuelven rutina. Y aunque muchas veces no queda registró, su impacto económico y social es incuestionable.
"Hay una muy baja denuncia de este delito, ¿no? Considerablemente baja, ronda el 98 por ciento." Yair Mendoza, México Evalúa
El hecho de que en entidades como Nayarit las estadísticas oficiales reflejen una baja incidencia no significa que la extorsión no exista. El bajo nivel de denuncia impide dimensionar su verdadera magnitud. Y ese silencio, también es una forma de violencia que se normaliza.
"Lo que vemos es que la reducción de la tasa de extorsión se redujo en cuarenta punto siete por ciento." Yair Mendoza, México Evalúa
Los mecanismos de extorsión han evolucionado, adaptándose a los entornos urbanos y digitales. Hoy conviven distintas formas: desde llamadas intimidantes hasta cobros sistemáticos a comerciantes, conocidos como "cuota" o "piso".
"En Nayarit convergen ambos tipos" "La que se realiza de forma indirecta a través del teléfono celular y la que refiere el cobro de piso." Yair Mendoza, México Evalúa
Las víctimas más frecuentes no son las grandes cadenas, sino los pequeños negocios familiares que viven al día. Ellos enfrentan amenazas constantes y márgenes estrechos que no les permiten resistir extorsiones sin comprometer su supervivencia.
El efecto de la extorsión no termina en quien paga. Lo que inicia como una carga para el comerciante, se traslada al consumidor. Los precios aumentan, el ingreso se reduce, y la vida cotidiana de muchas familias se ve condicionada por un delito que rara vez llega a una carpeta de investigación.
"A la extorsión se le llama también impuesto criminal" "Porque es un valor que se agrega a cada producto que el consumidor final compra." Yair Mendoza, México Evalúa
Nayarit ha logrado avances importantes en cuanto a reducción porcentual, pero el fenómeno permanece activo. Aún en estados con cifras "bajas", la extorsión moldea el mercado, limita el desarrollo local y mantiene bajo amenaza a los más vulnerables. La solución no está solo en reducir números, sino en visibilizar lo que hoy ocurre en silencio.