Desde temprana edad, muchos niños se ven obligados a asumir responsabilidades que no les corresponden, cargando sobre sus hombros las obligaciones que deberían ser de sus padres. Esta realidad, aunque silenciosa, afecta su desarrollo emocional, limita su infancia y los expone a situaciones para las que aún no están preparados. Mientras otros juegan, ellos traducen documentos, cuidan hermanos o buscan formas de sostener el hogar. A esta realidad silenciosa se le llama parentalización.
La parentalización es cuando un niño o adolescente asume responsabilidades propias de los adultos, debido a la ausencia emocional, física o funcional de sus padres o cuidadores.
"Un rol que no le corresponde en una familia, en una familia hay roles y los hijos no pueden dejar de ser hijos para ser padres, cuando sucede esto los niños pausan su desarrollo para entonces cuidar a la otra persona que se tiene que cuidar ya sea hermanitos o incluso hasta los papás" Fabiola Ocampo, psicóloga
Existen dos tipos de parentalización que son:
Puede suceder por varias razones, como:
"Las consecuencias cuando el niño o el adolescente es un adulto, entonces le cuesta trabajo relacionarse, le cuesta trabajo apartarse de su familia para hacer su propia familia, son hijos que no dejan de ser hijos porque son parte fundamental en su hogar, entonces lejos de formar o de buscar su propia vida, pues están totalmente inmersos en mantener el orden en su familia" Fabiola Ocampo, psicóloga
Según datos del INEGI, en México hay 4.18 millones de hogares con padres ausentes, lo que en muchos casos lleva a que los hijos asuman roles y responsabilidades que deberían ser de los adultos.
Convertir a un niño en cuidador es arrebatarle su derecho a vivir la infancia. Cuando los padres eluden su responsabilidad, empujan a los más jóvenes a asumir cargas que no les corresponden, obligándolos a madurar antes de tiempo. Esta realidad, muchas veces invisible, exige una mirada urgente de la sociedad y las instituciones para proteger a quienes deberían estar jugando, aprendiendo y soñando, no cuidando.