Amenaza transgénica pone en riesgo maíz nativo mexicano

En el año 2020, la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión aprobó la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo en México, con el propósito de asegurar que este cultivo ancestral permanezca libre de amenazas que comprometan la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural del país.

Esta legislación busca proteger el cultivo nacional y garantizar que el maíz nativo se mantenga libre de transgénicos, reconociendo su importancia histórica, cultural y alimentaria para México.

En el Estado de México, esta iniciativa cobró fuerza en 2022 con la aprobación de la Ley de Fomento y Protección del Maíz Nativo como Patrimonio Biocultural y Alimentario. Entre sus principios, la legislación señala que no se puede permitir que se ponga en riesgo la biodiversidad ni la salud. De acuerdo con datos del ICAMEX, en México existen 64 variedades de maíz, de las cuales 59 son nativas. De ese total, el Estado de México cuenta con al menos 18 variedades.

Señala también que las semillas modificadas genéticamente contaminan los campos, debilitan la tierra y ponen en riesgo la soberanía y la seguridad alimentaria del país.

Entre los daños más graves se encuentran la contaminación genética de las variedades nativas, el deterioro de los suelos agrícolas debido al uso intensivo de herbicidas y fertilizantes, así como los posibles riesgos para la salud humana. Además, esta práctica representa una amenaza directa a la diversidad biológica y cultural que rodea al maíz criollo mexicano. 

Aunque existen leyes federales y estatales para proteger el maíz nativo, no hay sanciones vigentes para quienes siembren maíz transgénico. 

En el Estado de México se han propuesto castigos severos, pero aún no se han aprobado. Además, faltan incentivos suficientes para apoyar a los campesinos que cultivan maíz nativo, lo que dificulta la protección efectiva de estas comunidades.