La antigua casona ubicada en las calles Instituto Literario y Nicolas Bravo presenta un nuevo deterioro en su estructura.
Esto se debe a la inclinación de la barda del primer nivel, que da hacia la calle Instituto Literario, lo que ha provocado que dos de sus ventanas comiencen a ceder debido al vencimiento de la trabe que soporta el peso de la casa.
Comerciantes aledaños a este inmueble mencionaron que cotidianamente ven caer piedras de adobe, generando miedo, pues a diario se puede notar una larga fila de personas que esperan para realizar trámites en un edificio pegado a este inmueble.
A pesar que la casa se encuentra apuntalada y acordonada, automovilistas estacionan vehículos en esta zona.