Trabajadores de áreas estratégicas del sector público de los tres niveles de gobierno enfrentan altos niveles de agotamiento laboral o burnout debido a la presión constante, las largas jornadas y la exposición a riesgos.
A nivel nacional, diversos informes de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Internacional del Trabajo y encuestas laborales levantadas por consultoras especializadas en México colocan entre 70 por ciento y 82 por ciento a la proporción de empleados que han experimentado estrés laboral severo, con el personal de salud y los servicios públicos entre los más afectados.
El burnout se ha convertido en un problema con impacto directo en las finanzas públicas.
Estimaciones de la OMS, la OIT indican que el estrés y el burnout podrían costarle a México hasta 40 mil millones de dólares al año.
Con una población económicamente activa de 8.2 millones frente a los 61.1 millones nacionales, el Estado de México asumiría un impacto proporcional importante de cerca de 5.4 mil millones de dólares, equivalentes a 98 mil millones de pesos en 2025.
A decir del maestro Alejandro Cedeño, coordinador del Centro de Estudios y Servicios Psicológicos Integrales, abordarlo no sólo mejoraría las condiciones de quienes sostienen los servicios esenciales, sino que también permitiría avanzar hacia instituciones más eficientes y sostenibles, pues según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del INEGI, respecto a la percepción ciudadana sólo 50 por ciento de la población urbana está satisfecha con los servicios públicos.