En el Estado de México, la ganadería es una actividad productiva que da identidad y sustento a miles de familias. Entre corrales de traspatio y extensas praderas, se produce una amplia variedad de alimentos que abastecen a mercados locales y nacionales.
La ganadería en el Estado de México mantiene una producción significativa en rubros como ovinos, conejos, leche, guajolote y miel, consolidándose como una de las actividades agropecuarias más representativas de la entidad. El valor de su producción, según los Censos Económicos, alcanza los 12 mil millones de pesos anuales.
De acuerdo con el Sistema Único de Registro Agropecuario, la actividad ganadera mexiquense se concentra en dos modalidades: el 70 por ciento corresponde a la ganadería a pequeña escala o de traspatio, mientras que el 30 por ciento restante se desarrolla bajo un esquema extensivo.
La entidad ocupa el primer lugar nacional en inventario de cabezas ovinas y en producción y consumo de conejo, con 3 mil 893 unidades de producción pecuaria cunícola registradas entre 2023 y 2025.
Según cifras de la Secretaría del Campo, en 2024 la producción ganadera fue de 82 mil 797 toneladas de bovino, 29 mil 826 de porcino, 18 mil 489 de ovino, 891 de caprino, 156 mil 159 de ave y 3 mil 105 de guajolote, lo que en conjunto suma 291 mil 264 toneladas. La producción de leche coloca al Estado de México en el décimo lugar nacional, mientras que el guajolote y la miel complementan la oferta agropecuaria.
El sector ganadero enfrenta retos como el cambio climático, el alza en los precios de los insumos, la escasez de agua y la falta de relevo generacional. Para sobrellevar estos problemas, se ha apostado por el acompañamiento técnico, la capacitación, el uso de insumos agroecológicos y prácticas sostenibles que buscan eficientar la producción, otorgando un valor agregado.
A ello se suman las buenas prácticas sanitarias, que no solo mejoran la calidad de los productos, sino que también abren oportunidades para su comercialización en más y mejores mercados.