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Residuos en México: el costo oculto de nuestro consumo
Ecología

Residuos en México: el costo oculto de nuestro consumo

Por: Fernanda Rivera
CDMX
Fecha: 19-08-2025

En México, la basura se ha convertido en uno de los problemas ambientales más grandes de nuestro tiempo.


Cada vez somos más personas, las ciudades crecen sin parar y nuestros hábitos de consumo han cambiado, lo que ha hecho que generemos más y más desechos.


Esta acumulación de basura no solo contamina el medio ambiente, también afecta nuestra salud y la forma en que vivimos.


Desde cómo se recoge y transporta, hasta si se recicla o simplemente se tira, cada paso es clave para entender qué tan grave es el problema y qué soluciones podrían ayudarnos a frenarlo.


Recolección y destino de los residuos: ¿Dónde termina nuestra basura?




En México, cada día se generan muchos, muchísimos desechos.


Según el INEGI, en 2022 se recolectaron en promedio 108 mil 146 toneladas de basura al día, ¡como si todos los habitantes del país llenaran miles de camiones de carga cada jornada!


La mayoría de esta basura se recoge casa por casa (66.7%), mientras que casi una cuarta parte (24.9%) se lleva a puntos fijos de entrega y una pequeña parte (8.4%) se deposita en contenedores públicos.


Los estados donde se genera más basura son Ciudad de México (14.4%), Estado de México (10.4%) y Jalisco (8.2%), lugares donde la vida urbana es más intensa y, por lo tanto, la cantidad de residuos es mayor.


Una vez recolectada, parte de esta basura llega a 132 estaciones de transferencia, que funcionan como "mini centros de clasificación".


De estas, 43 separan algunos materiales para reciclar. Cada día, en estas estaciones se clasifican 1 mil 254 toneladas de residuos, y casi todo (91.1%) son restos de comida y materia orgánica. Solo una pequeña parte es PET (2.5%), que es el plástico de las botellas, y 2.4% corresponde a papel y cartón.


Es como si, de cada 100 bolsas de basura, 91 fueran restos de comida, 2 fueran botellas y otras 2 fueran papel.




Después, los residuos que se pueden tratar llegan a las plantas de tratamiento, que reciben 5 mil 661 toneladas diarias. De esto, se logra recuperar 2 mil 394 toneladas (42.3%), principalmente en forma de combustibles derivados de residuos (54.6%) y materia orgánica (39.3%). Esto significa que casi la mitad de la basura puede transformarse en algo útil, como energía o compost, pero todavía hay mucho que queda sin aprovechar.


El problema es que solo 83 municipios envían sus residuos a alguna de las 48 plantas existentes, lo que muestra que la capacidad nacional para tratar basura todavía es limitada.


Finalmente, lo que no se recicla ni se aprovecha termina en los 2 mil 250 sitios de disposición final, que son básicamente los "rellenos sanitarios" donde se entierra la basura. Oaxaca es el estado con más lugares de este tipo (432).


De estos sitios, apenas 35.6% cuenta con sistemas de impermeabilización para evitar que los residuos contaminen el suelo o el agua, y la forma más común de protegerlos es usando geomembranas (41%), que funcionan como una especie de plástico gigante que evita filtraciones peligrosas.


Composición de la basura: ¿Qué tiramos realmente?




La basura que generamos en México está hecha de muchos tipos de materiales, pero algunos predominan más que otros.


Según la SEMARNAT 2020, casi la mitad de lo que tiramos (46%) son residuos orgánicos, es decir, restos de comida, cáscaras de frutas, verduras o sobras de cocina. ¡Es como si de cada 10 bolsas de basura, casi 5 estuvieran llenas de restos de comida!


Después vienen los "otros materiales" (22%), que incluyen cosas como vidrio transparente o de color y algunos objetos que no siempre se pueden reciclar fácilmente. Luego tenemos el vidrio puro (5%), que incluye botellas y frascos, y los plásticos (12%), como PET de las botellas, bolsas de plástico, envases de comida rápida, hule o poliuretano.




El papel y cartón representan 10%, incluyendo cajas, periódicos y cartones encerados, mientras que los metales como latas de refresco o aluminio forman solo 5% de la basura total.


Lo más importante de notar es que solo 10.3% de todos estos residuos corresponde a envases y empaques plásticos que realmente se pueden reciclar, como botellas de PET o algunos plásticos rígidos.


Esto nos muestra que la mayoría de lo que tiramos no se puede reciclar fácilmente y termina acumulándose en vertederos o tiraderos, donde tarda años en desaparecer y puede dañar el medio ambiente.


Por ejemplo, imagina que llenas 10 cubetas de basura: casi 5 serían restos de comida, 2 serían vidrios y otros materiales, y apenas 1 cubeta contendría plásticos reciclables que podrían convertirse en algo nuevo. El resto terminaría enterrado o abandonado, sin un uso real.


El reciclaje de PET: Un ejemplo de éxito




Aunque todavía hay muchos retos, México ha logrado grandes avances en el reciclaje de PET, el plástico de las botellas.


Para que te des una idea, cada año se consumen 860 mil toneladas de envases de PET en el país, ¡una cantidad enorme!


En 2024, México logró recuperar 578 mil toneladas, es decir, casi dos de cada tres botellas regresaron al ciclo del reciclaje. Durante los últimos 12 años, la recuperación promedio ha superado el 50%, y la meta para 2030 es alcanzar el 80%. Gracias a esto, México se coloca como líder en América en reciclaje de PET.


Este logro no es obra de una sola persona: acopiadores, pepenadores, centros de acopio, plantas de reciclaje, familias y la industria de alimentos y bebidas trabajan juntos para que estas botellas no terminen en tiraderos.




La infraestructura mexicana es sólida: hay 27 grandes plantas recicladoras, con una inversión superior a 700 millones de dólares, capaces de reciclar 757 mil toneladas al año, suficiente para procesar el 81% de los envases que llegan al mercado.


Pero ¿qué pasa con todo ese PET recuperado? La mayor parte se queda en México para fabricar nuevos productos: 67% se transforma en nuevos envases, tanto para alimentos como para otros productos; 18% se convierte en láminas plásticas que protegen mercancías; 10% se transforma en fibras textiles, usadas en ropa deportiva o alfombras; y 4% se usa en empaques flexibles y otros productos industriales.




En números, esto significa que, de 578 mil toneladas recuperadas, 514 mil 420 toneladas se aprovechan dentro del país, mientras que apenas 77 mil toneladas se exportan, principalmente a China y Estados Unidos de Norteamérica.


Para ponerlo en perspectiva, imagina que cada botella que tiras puede convertirse en otra botella, una bolsa para tus compras, una camiseta deportiva o incluso una alfombra.


Cada botella reciclada es un pequeño triunfo para el medio ambiente, y México está mostrando que, cuando todos participan, se puede reducir el plástico que contamina nuestras ciudades y ríos.


Vertederos controlados y el impacto del sector de recolección en México




Cuando la basura ya no se puede reciclar, la opción es enviarla a un vertedero controlado, diseñado para proteger el aire, el suelo y el agua.


Según Ecoembes (2021), estos vertederos funcionan como "agujeros con paredes impermeables", donde la basura se coloca en capas y se cubre con tierra diariamente.


Esto ayuda a reducir malos olores, gases y riesgos de incendio. Además, aunque no se reutilicen los materiales directamente, los gases generados se pueden aprovechar, y la zona puede usarse para otros fines si se realiza un seguimiento durante 30 años.


El manejo de residuos también depende de las personas que trabajan de forma independiente en el sector. Según Data México, en el primer trimestre de 2025 había 312 mil trabajadores en recolección de basura, 76% hombres y 24% mujeres, con un salario promedio de 4 mil 450 pesos al mes. Solo 27.2% tenía empleo formal, mientras que 72.8% trabajaba de manera informal.




Las principales ocupaciones son recolectores de basura y materiales reciclables, conductores de camiones y clasificadores, concentrados en Estado de México, Hidalgo y Jalisco.


Entre 1999 y 2024, la inversión extranjera en el sector sumó 86.7 millones de dólares, principalmente de España, Estados Unidos y Países Bajos, destinada a nuevas inversiones y reinversión de utilidades. Esto muestra que la gestión de residuos no solo tiene un impacto ambiental, sino también económico y laboral.


En conjunto, los vertederos controlados y el trabajo de los recolectores son esenciales para mantener nuestras ciudades limpias, proteger la salud de las personas y reducir el daño al medio ambiente. Cada bolsa de basura bien manejada representa un paso hacia un México más sostenible.




La montaña de basura que genera México cada día refleja los desafíos de consumo, infraestructura y reciclaje.


Aunque se han logrado avances en separación de residuos y reciclaje de PET, gran parte de la basura sigue acumulándose en rellenos y vertederos.


El camino hacia un México más limpio y sostenible requiere la participación de todos: la industria, los ciudadanos y los gobiernos.


Separar correctamente la basura, invertir en infraestructura adecuada y fortalecer las políticas ambientales son pasos clave para convertir los residuos en recursos y transformar el problema de la basura en oportunidades para el medio ambiente y la comunidad. 


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