El grupo español Cox Energy, especializado en energías renovables y agua, concretó la compra del 100% de la filial mexicana de Iberdrola por un valor total de aproximadamente 3,643 millones de euros (alrededor de 4,170 millones de dólares) incluyendo deuda financiera neta y participación minoritaria.
La transacción se completará una vez que reciba la aprobación de los accionistas de Cox, aunque ya cuenta con el respaldo del 84?% del capital.
Incluye 15 plantas energéticas en México (eólicas, solares, ciclo combinado y cogeneración), con capacidad total operativa de 2,600 MW, más una cartera de proyectos renovables en desarrollo de 11,8 GW.
Financiamiento estructurado en 75% deuda y 25% capital, mediante créditos asegurados y posiblemente emisiones de deuda de proyecto (project bond) por unos 3,000 millones de euros logrados con apoyo de Citi, JP Morgan, Bank of America y Santander.
Motivaciones estratégicas
Cox profundiza su estrategia de expansión a través de adquisiciones significativas, lo que podría multiplicar por cuatro su valor bursátil y casi triplicar su EBITDA a unos 720 millones de euros (con ingresos estimados en 2,700 millones).
Por su parte, Iberdrola se retira completamente de México para redirigir sus inversiones valoradas en 55,000 millones de euros hasta 2031 hacia mercados como Estados Unidos y Reino Unido, donde busca fortalecer redes eléctricas estratégicas.
Iberdrola ya había vendido en 2024 el 55% de sus activos mexicanos al fondo Mexico Infrastructure Partners (MIP) por unos 6,200 millones de dólares, parte de un proceso que el gobierno calificó como una "nueva nacionalización".
La operación final entre Cox e Iberdrola se espera antes de finales de 2025 o a inicios de 2026, condicionada a aprobaciones regulatorias y accionarias.
Esta transacción representa un giro importante en el panorama energético en México, ya que marca el retiro definitivo de una gran eléctrica internacional del país, mientras que Cox se posiciona como un actor relevante con fuerte enfoque renovable. Además, pone en evidencia la estrategia más amplia de Iberdrola: la redistribución de capital hacia horizontes de alta certeza legal como EE.UU. y Reino Unido.