Dos personas murieron, entre ellas un ciudadano mexicano identificado como Juan Carlos Montoya Hernández, de 43 años, a causa de las fuertes lluvias torrenciales que azotaron la ciudad de Nueva York el jueves pasado.
El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), informó que las autoridades recibieron una llamada de auxilio a las 16:44 horas en el barrio de Washington Heights, al norte de Manhattan.
El alcalde Eric Adams informó que mientras las tormentas concomitantes interrumpieron operaciones en los aeropuertos del área y el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) emitió alertas por posibles inundaciones en zonas costeras.
También dijo que "esta tormenta batió récords de precipitaciones para el 30 de octubre" y que buena parte del acumulado pronosticado para varias horas cayó en un lapso de apenas 10 minutos por la tarde. En Central Park se midieron 1.85 pulgadas (4.7 cm), mientras en LaGuardia y Newark se registraron 2.09 y 1.99 pulgadas (5.3 y 5.05 cm), respectivamente, según reportes oficiales.
Los episodios de lluvia intensa generaron anegamientos puntuales en vías principales y pasos a desnivel, con vehículos atrapados en láminas de agua que complicaron la circulación en distintos barrios. Las autoridades de la ciudad de Nueva York y del estado vecino de Nueva Jersey recomendaron a los conductores evitar traslados innecesarios y atender desvíos, ante el riesgo de estancamientos súbitos. El NWS, por su parte, mantuvo avisos por inundaciones costeras para sectores del Bronx, Brooklyn y Queens, con marea astronómica elevada y persistencia de vientos que favorecen el empuje de agua hacia las riberas.
En los aeropuertos John F. Kennedy, LaGuardia y Newark, la combinación de lluvia, techops y gestión del flujo de llegadas provocó reacomodos de itinerarios y demoras, de acuerdo con avisos de la autoridad aeroportuaria regional. Las terminales instaron a los pasajeros a consultar con sus aerolíneas el estatus de vuelos y a considerar tiempos adicionales de traslado y seguridad.
La ciudad indicó que no existía una amenaza adicional inmediata para la seguridad pública, pero pidió precaución ante posibles encharcamientos residuales en áreas bajas, sótanos y accesos a estaciones de transporte.
Equipos municipales trabajaron en el despeje de drenajes, la retirada de vehículos varados y la evaluación de daños en infraestructura urbana. Las lluvias concentradas en muy poco tiempo también activaron protocolos de respuesta en el sistema de alcantarillado, que opera cerca de su capacidad en eventos extremos.