Adolfo Gómez Gómez fue sepultado en su comunidad de origen Chigtón Ixtapa, luego de que sus restos fueron entregados a sus familiares, por supuestamente haberse ahorcado al interior del penal número cinco de San Cristóbal de las Casas. Su familia asegura que se trata de un caso de tortura, al negarse a declararse culpable por el secuestro del menor Dylan Esaú, desaparecido del mercado Merposur el 30 de junio.
"Deben de buscar a los que son culpables, no a los inocentes fue detenido mi padre, el mismo día 15 fue detenida mi madre, algo le pasó ahí en el Cereso, no es sólo así que falleció mi papá".
Fue detenido el 15 de junio, acusado por las autoridades de supuestamente participar en el secuestro de Dylan Esaú Gómez Pérez, y fue trasladado al Cereso Número 05 de San Cristóbal de las Casas, donde supuestamente supuestamente se ahorcó el domingo 26 de julio.
Josefa Sánchez Gómez, esposa de Adolfo se encuentra recluida en el mismo penal de San Cristóbal, acusada de formar parte de una red de trata, durante el rescate de 23 niños y niñas, también fueron detenidas María Hortensia Gómez Sánchez, Maribel Gómez Sántiz y Juana Montejo González, de esta última sus padres lograron reclamar cinco de sus hijos al presentar actas de nacimiento.
Este martes 28 de Julio fue sepultado por sus familiares en la comunidad de Chigtón, Ixtapa. Su familia pide la libertad de estas mujeres, acusadas de integrar una red de trata de menores. En el cateo realizado en San Cristóbal, fueron rescatados 23 niños, sin embargo, Enereida Gómez, hija de Adolfo Gómez Gómez, asegura que todos los niños son sus sobrinos y ella dijo ser madre de cinco de los menores. Señaló que se trata de cinco familias de escasos recursos dedicados a la venta ambulante de mercancía y juntos rentaban la casa.
Enereida Gómez, afirma que la última vez que habló con su padre, le dijo que consiguiera 50 mil pesos, cantidad que le pidieron en el penal de San Cristóbal, sin embargo, no especifica quién solicitaba el monto, días después acudió a visitar a su padre y le dieron la noticia de que su padre se había suicidado al interior de aquellas rejas.
Alberto Patishtán, vocero de los solidarios de la voz del amate, activista y defensor de derechos humanos, señala que no es ningún secreto que a las familias les pidan fuertes cantidades de dinero para no golpear a los reclusos.
"No es novedad, porque realmente cuando nosotros estuvimos, también eso se daba, pero los que realmente promovían estas cosas son los directores de los centros penitenciarios porque ellos si son directores nuevos van a practicar ese tipo de cosas porque no se conforman muchas veces con su salario".
Hasta el momento, siguen en prisión las cuatro mujeres presuntamente integrantes de una red de trata de menores: Josefa Sánchez Gómez esposa del fallecido en el Cereso de San Cristóbal; María Hortensia Gómez Sánchez, supuestamente madre de cinco de los menores rescatados; Maribel Gómez Santiz, supuestamente madre de 4 de los rescatados y Juana Montejo González, supuestamente madre de 7 de los menores rescatados.