De los 124 municipios del estado, 49 presentan una población 100% indígena y muchos de ellos enfrentan una pobreza extrema que amenaza la calidad de vida de sus habitantes; claro ejemplo son las condiciones que se viven en municipios como San Juan Cancuc, Chalchihuitán, Aldama, Chenalhó y San Andrés Duraznal, donde más del 98% de su población vive en condiciones de pobreza, según datos del censo de 2020.
En tanto en Aldama y Chalchihuitán, el 97.3% de los habitantes viven en pobreza, mientras que en localidades como Sitalá, San Andrés Larráinzar y Santiago el Pinar, la pobreza extrema alcanza al 96% de la población.
Otros municipios como Mitontic, Larráinzar, Pantelhó y Sitalá superan el 70% de pobreza, mientras que, en Ocosingo, Huitiupán, Nicolás Ruiz y Amatán, el 90% de la población vive en pobreza o pobreza extrema.
Derivado de lo anterior el Gobierno Federal busca que más de dos mil comunidades indígenas ejerzan de forma directa los recursos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, para eso las comunidades deberán concluir con sus asambleas de planeación para poder acceder a recursos que abonen a la mitigación de este problema social
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