La inteligencia artificial es un arma de doble filo en la educación, ofreciendo tanto beneficios significativos como desafíos éticos y prácticos, su impacto depende crucialmente de cómo se implemente y se rija por principios éticos claros.
"La inteligencia artificial como un tema emergente en educación sabemos que irrupción, bueno, nos coloca a preguntarnos como estábamos antes de estas habilidades previas, cómo es el manejo de los docentes".
La Inteligencia Artificial, puede adaptar el contenido y el ritmo de aprendizaje a las necesidades individuales de cada estudiante, proporcionando rutas educativas personalizadas que mejoran el rendimiento académico.
Además, facilita el acceso inmediato a una vasta cantidad de información y recursos educativos, actuando como un asistente educativo que puede simplificar la comprensión de temas complejos.
"En realidad lo que están haciendo es meterse, hacer más eficiente o eficaz lo que típicamente hacíamos, es decir, no están repensando que significa educar o aprender en este sentido".
Los sistemas de IA pueden proporcionar retroalimentación instantánea sobre el trabajo de los estudiantes, lo que les permite corregir errores y mejorar sus habilidades de estudio de manera más eficiente, pero el resultado de una investigación realizada por la Universidad Autónoma de México, más del 80 por ciento de los alumnos carece de habilidades para el uso de la Inteligencia Artificial.
"Tienen ciertas habilidades otras no, las que tienen que ver con el uso académico de las tecnologías el aprendizaje, la organización en temas escolares esas les falla".
La facilidad de acceso a las respuestas puede fomentar la dependencia de la tecnología y desalentar el desarrollo del pensamiento crítico, la capacidad de razonamiento y la absorción profunda de conocimientos.
"Este tipo de tecnologías no replantean algo fundamental, nos plantean, que es lo que vale la pena, enseñar y aprender, porque sí replantean la currícula y eso es algo que las instituciones no podemos dejar de lado"
La IA tiene el potencial de revolucionar positivamente la educación, pero su implementación requiere un enfoque cuidadoso que maximice sus beneficios mientras se abordan proactivamente sus riesgos inherentes.