Ejecuciones y violaciones masivas en Sudán, alerta la ONU
Seguridad

Ejecuciones y violaciones masivas en Sudán, alerta la ONU


La caída de la ciudad sudanesa de El Fasher, capital de Darfur del Norte, marcó un nuevo punto de inflexión en el conflicto de Sudán



Desde que las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) tomaron el control el pasado 23 de octubre, se multiplican los testimonios de atrocidades: ejecuciones, violaciones, ataques a hospitales y asesinatos de trabajadores humanitarios.


Según la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), las pruebas disponibles -imágenes, videos y relatos de sobrevivientes- describen un escenario de terror absoluto.



"Las violaciones del derecho internacional humanitario son flagrantes", advirtió el portavoz Seif Magango, desde Nairobi. Se estima que cientos de civiles han sido asesinados o heridos fuera de combate



Pacientes ejecutados en hospitales

Entre los crímenes más atroces figuran las ejecuciones sumarias de pacientes en el Hospital de Maternidad Al-Saudi y en otros centros improvisados de los barrios Daraja Oula y Al-Matar.


"Los hospitales deben ser lugares de protección, no de muerte", subrayó Magango, al recordar que la violencia se ha ensañado incluso con enfermos y heridos.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó la magnitud del ataque al sistema sanitario: el 28 de octubre fueron asesinados más de 460 pacientes y familiares en El Fasher, además del secuestro de seis trabajadores de salud.



Solo en octubre, el Hospital de Maternidad fue atacado cinco veces



Mujeres violentadas y familias desplazadas

La ONU también documentó violencia sexual generalizada durante la ocupación. Al menos 25 mujeres fueron violadas en grupo dentro de un albergue para personas desplazadas cerca de la Universidad de El Fasher.


Testigos aseguraron que miembros de las RSF seleccionaron a mujeres y niñas a punta de pistola, obligando a unas cien familias a huir bajo fuego e intimidación.



Los ataques también alcanzaron a voluntarios y trabajadores humanitarios que intentaban asistir a comunidades vulnerables, lo que agravó la crisis y dejó sin ayuda a miles de personas



Con la caída de El Fasher, la violencia en Darfur alcanza un nivel de brutalidad que revive los peores recuerdos del conflicto de 2003.


Hoy, la comunidad internacional enfrenta el desafío de impedir que Sudán se hunda definitivamente en el silencio y la impunidad, mientras miles de civiles siguen atrapados entre la guerra, el hambre y el miedo.


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