El clavadista mexicano Osmar Olvera hizo historia este viernes al conquistar la medalla de oro en trampolín de 3 metros durante el Mundial celebrado en Singapur, con una puntuación de 529.55 unidades, superando a los gigantes de esta disciplina: los clavadistas chinos.
El triunfo marca un antes y un después para México en el mundo de los clavados.
Con apenas 21 años, Olvera logró vencer al campeón olímpico Yuan Cao, quien se quedó con la plata con 522.70 puntos, y al hasta ahora invencible Zongyuan Wang, que quedó en tercer lugar con 515.55 unidades. Wang buscaba su cuarto título mundial consecutivo, pero fue derrotado por el talento mexicano.
El momento fue tan impactante que incluso la presidenta Claudia Sheinbaum mostró públicamente su entusiasmo al felicitarlo y presentar un video con las imágenes de su victoria durante su conferencia matutina. "Felicidades para él", dijo, celebrando el logro que pone el nombre de México en lo más alto del podio.
Este oro tiene aún más valor si se considera el camino que ha recorrido Olvera: en 2023 se llevó la plata en los Mundiales de Fukuoka y el bronce en Doha, por lo que su progreso ha sido constante y firme. Ahora, con esta medalla, pone fin a la supremacía china en una prueba donde por años dominaron sin oposición.
Además, el clavadista sumaba tres medallas de plata en esta edición del Mundial antes de colgarse el oro, por lo que su desempeño ha sido sobresaliente en todas las categorías en las que participó. Este oro no solo representa una hazaña personal, sino también un aliciente para el equipo mexicano de clavados.
El triunfo de Olvera también lanza una señal positiva de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, donde se perfila como una de las grandes cartas mexicanas para conseguir una medalla. Su nombre ya empieza a sonar fuerte en el escenario internacional, y su preparación lo coloca como uno de los favoritos.
Con este logro, Osmar Olvera se une al grupo selecto de atletas mexicanos que han vencido a potencias mundiales en su disciplina. Su medalla de oro no solo representa un premio, sino una promesa de lo que puede venir para el deporte mexicano en los próximos años.