Un derrame o infarto cerebral cambia la vida de una persona en un abrir y cerrar de ojos.
"A mi pariente le pasó esto, le dió una embolia (...) Él era rotulista, hacía pintura y todo eso, entonces nada más de momento se cayó. Pensábamos que le había dado un infarto, quería hablar pero tenía la boca muy torcida", comparte Daniel Hernández, quien asistió y apoyó a su familiar tras el accidente.
Los accidentes cerebrovasculares son la quinta razón de muerte en México.
Ocurren cuando una parte del cerebro deja de recibir el flujo de sangre necesario para funcionar.

Esto puede deberse a que un vaso sanguíneo se tapa o se rompe.
"Casi diario, o cada dos o cada tercer día siempre hay pacientes con estas afecciones (...) Por lo regular empiezan con la parálisis facial, la desviación de la comisura labial y la dificultad para hablar", detalla el doctor Isidro De la Luz Rivera, médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En 2024, la entidad veracruzana registró 2 mil 767 defunciones causadas por enfermedades cerebrovasculares.
La mayoría se registraron en hombres y mujeres con edades entre los 45 y 65 años de edad.

Instancias como el IMSS realizan campañas para estar atento a cualquier signo de alarma, pues estos accidentes se pueden tratar si se actúa a tiempo.

"Este problema se encuentra entre las enfermedades más importantes en el mundo (...) Hay muchas personas en el mundo, y por supuesto en México, que padecen esta condición y por tanto es prioridad", recalca el doctor Jonathan Isaí Colin Luna, coordinador de Programas Médicos del IMSS.