Tangancícuaro, Michoacán, se convirtió en epicentro de la creatividad y el orgullo cultural al ser sede de la Celebración del Día de la Artesana y el Artesano Michoacano. Más de 3 mil artesanas y artesanos provenientes de distintos municipios del estado se congregaron para compartir su talento, sus historias y el legado que resguardan en cada pieza elaborada a mano.
El evento, que se vivió como una auténtica fiesta popular, rindió homenaje a quienes con sus manos preservan técnicas ancestrales, transmiten identidad y fortalecen el tejido social. Desde textiles y cerámica hasta madera, cobre y fibras vegetales, la diversidad de expresiones artesanales fue testimonio del profundo valor cultural que representa este sector en México.
Reconocer el trabajo de las y los artesanos no solo implica valorar su destreza, sino también dignificar su papel como portadores de memoria, tradiciones y saberes comunitarios. En un país donde el arte popular es símbolo de resistencia, belleza y pertenencia, encuentros como este permiten visibilizar su importancia económica, social y espiritual.
Las autoridades locales agradecieron la presencia de los creadores, destacando que Tangancícuaro es y será siempre casa abierta para el arte michoacano. El municipio se llenó de color, música y orgullo, reafirmando que la artesanía no es solo producto: es historia viva.
Este tipo de celebraciones refuerzan el compromiso de seguir impulsando políticas públicas que protejan, promuevan y reconozcan el trabajo artesanal como patrimonio cultural de la nación. Porque en cada hilo, cada talla y cada pigmento, late el corazón de México.