Cursos de verano llenan a los niños de actitud mientras aprenden

Como parte del curso de verano que se realiza en distintas sedes de Zamora, niñas y niños tuvieron la oportunidad de participar en un partido amistoso que reunió a los equipos de Altamira y Tangancícuaro, en una jornada que destacó por su ambiente de alegría, compañerismo y entusiasmo.

Aunque el marcador final fue de 6 a 2 a favor de Tangancícuaro, lo más importante fue el espíritu con el que se vivió el encuentro. Lejos de enfocarse únicamente en el resultado, los participantes disfrutaron del juego como una oportunidad para convivir, aprender y poner en práctica valores como el respeto, la solidaridad y el esfuerzo compartido.

Este tipo de actividades son una muestra clara de cómo el deporte puede convertirse en un motor para fortalecer vínculos, promover estilos de vida saludables y crear entornos donde las infancias se sientan escuchadas, integradas y motivadas.

Además del componente físico y recreativo, estas dinámicas aportan a la formación personal y social de las niñas y los niños, ya que les enseñan a asumir responsabilidades, a trabajar en equipo y a resolver conflictos de manera pacífica.

Los cursos de verano en Zamora no sólo buscan entretener, sino también formar. Y este tipo de encuentros deportivos reflejan el compromiso por ofrecer espacios que combinan diversión, aprendizaje y valores.

Fomentar la participación activa de la niñez en actividades como estas contribuye a construir una comunidad más unida y empática, donde todas y todos puedan crecer con oportunidades.