Manifestación Mariana: entre fe y misterio en la colonia Miguel Hidalgo

En la parte alta de Jacona, Michoacán, en la colonia Miguel Hidalgo, la tienda Abarrotes Magaña resguarda una imagen que, desde hace casi veinte años, ha sido motivo de devoción para vecinos y visitantes. Entre principios y mediados de diciembre del 2006, la familia Magaña prestó una olla de barro a una vecina para cocer frijoles. Aquella vez, los frijoles se quemaron y la olla quedó manchada. Al lavarla, notaron una figura que no desaparecía. Fue hasta el 14 de diciembre, identificaron la imagen de la Virgen María.

El hallazgo coincidió con un momento difícil para la familia, especialmente para la madre de Vanesa Magaña, quien había perdido al padre de su hija y su cuñado. En medio del duelo y la incertidumbre espiritual, la aparición se convirtió en un punto de esperanza. La imagen fue llevada al templo de Cristo Rey, donde el sacerdote, aunque escéptico, accedió a bendecirla.

Durante años, la olla estuvo expuesta en el mostrador de la tienda, pero ante el creciente interés de los visitantes, fue resguardada en un vitral, acompañada por otras imágenes. La familia ha recibido testimonios de personas que, tras encomendarse a la Virgen, han experimentado alivio físico o emocional. Desde dolores persistentes hasta enfermedades sin diagnóstico claro, los relatos se multiplican.

Incluso autoridades municipales propusieron trasladar la imagen al centro de la localidad, pero la familia se negó. Para ellos, su valor no es turístico ni decorativo, sino profundamente espiritual y personal.

Además de conservar la imagen, la familia ha asumido un compromiso con el servicio. La madre de Vanesa ofrece comida a quien lo necesita y mantiene abierta la puerta a quienes buscan consuelo. En el jardín, un rosal que florece pese a ser podado con frecuencia es, para ellos, otro signo de la presencia mariana.

"Aunque parezca película, todo es verdad", afirman. La invitación está abierta: a unos metros del panteón municipal, la Virgen espera a quienes deseen acercarse, cuentan, sin juicios ni exigencias, solo con la disposición de creer o volver a creer.