El modelo ESPERA es una guía práctica para la prevención del suicidio diseñada para que personas sin formación clínica puedan brindar apoyo inicial a quienes se encuentren en situación de riesgo, este modelo se basa en seis pasos fundamentales que forman su acrónimo: Escuchar, Sentir, Preguntar, Esperanza, Referir y Acompañar. Su propósito es facilitar la detección temprana de señales de alarma, promover un espacio seguro para la expresión emocional y asegurar la canalización oportuna a servicios profesionales especializados.
En México, el desarrollo, difusión y capacitación basada en el modelo ESPERA ha sido impulsado principalmente por la Fundación Mexicana para la Prevención del Suicidio (FUNMES), así como por integrantes de la Red Nacional para la Prevención del Suicidio (RENPRESU). Estas organizaciones promueven la formación de "guardianes comunitarios" que, sin ser profesionales de la salud, están capacitados para actuar con sensibilidad y eficacia ante situaciones de crisis. Además, diversas universidades públicas y centros de salud mental han adoptado y adaptado el modelo en sus programas, fomentando un abordaje comunitario, interdisciplinario y preventivo.
Aunque no existe una autoría individual específica del modelo ESPERA, su desarrollo refleja un esfuerzo conjunto entre instituciones académicas, gubernamentales y organizaciones civiles, consolidando una estrategia integral para la prevención del suicidio. La capacitación y fortalecimiento de redes comunitarias mediante este modelo contribuye a la creación de entornos de apoyo que pueden reducir el riesgo y favorecer la salud emocional de la población.
Este enfoque, que no sustituye la intervención clínica, se integra como una pieza clave dentro de las estrategias más amplias para atender la salud mental y prevenir el suicidio, enfatizando la importancia del acompañamiento cercano y la referencia oportuna.