Los residuos electrónicos y las baterías representan una de las formas de contaminación más peligrosas y persistentes para el medio ambiente. Arrojarlos al agua o a la tierra puede tener consecuencias irreversibles. Según la directora del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), una sola pila o un teléfono celular puede contaminar miles de litros de agua, afectando su calidad durante años.
La funcionaria hizo un llamado a que cada municipio del estado establezca campañas permanentes de recolección de basura electrónica, como una medida urgente y necesaria para evitar daños ambientales mayores. Es urgente que haya una mayor conciencia social sobre los daños de esta basura electrónica, advierte la titular del ICTI.
También dijo que el instituto bajo su dirección, recibe de forma constante este tipo de desechos, aunque la directora reconoce que lo ideal sería que cada ciudad o localidad asuma un compromiso firme con su población, promoviendo la recolección y disposición adecuada de estos residuos. Asimismo, señaló que la dependencia está a disposición de todas las ciudades y municipios que soliciten su apoyo para organizar campañas o recibir capacitación sobre el tema.
Los desechos electrónicos no solo contaminan el agua y el suelo, también liberan metales pesados y sustancias tóxicas que afectan la salud humana, la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas. Su mal manejo provoca un daño silencioso pero devastador, que se acumula con el tiempo y pone en riesgo el futuro de las próximas generaciones.
Cuidar el medio ambiente comienza con acciones locales y permanentes. El compromiso de los municipios es clave para detener esta forma de contaminación que, si no se atiende hoy, será imposible revertir mañana.