Con el inicio del mes de agosto, en La Piedad, Michoacán, no solo cambian las fechas del calendario, también despierta el fervor religioso de cientos de fieles que año con año se preparan para vivir una de las tradiciones más sentidas del municipio: *el Quincenario Mariano*.
Durante quince días, las calles que rodean el *Santuario del Señor de La Piedad* se transforman en un escenario de profunda devoción. El azul y el blanco, colores marianos por excelencia, adornan casas, altares y balcones como muestra del amor y la fe hacia la Virgen. En cada esquina se respira un ambiente espiritual, donde la oración y la esperanza se entrelazan con el bullicio de una fiesta que es también celebración comunitaria.
Locatarios, peregrinos y visitantes de distintos puntos de la región llegan hasta el Santuario para agradecer favores, ofrecer flores, encender veladoras y elevar plegarias por distintas causas: salud, trabajo, familia, protección o guía espiritual. La Virgen María, en su advocación local, se convierte en el centro de una serie de actos litúrgicos y populares que dan sentido a esta conmemoración tan esperada.
Pero el Quincenario no solo se vive dentro del templo. La plaza principal se llena de vida con juegos mecánicos, puestos de comida, antojitos típicos, artesanías y música, convirtiendo la tradición religiosa en una verdadera fiesta para todos los sentidos. Familias completas se dan cita para convivir, compartir y disfrutar de esta temporada especial, que mezcla lo sagrado con lo festivo.
Esta tradición, que marca el pulso religioso y social del mes de agosto en La Piedad, es reflejo del arraigo cultural de su gente, de la fuerza de su fe y de su capacidad para mantener vivas sus costumbres, año con año.