La capital mexicana entró esta semana en uno de los operativos de seguridad y logística más grandes del año: la llegada masiva de fieles a la Basílica de Guadalupe por la celebración del 12 de diciembre
Las autoridades calculan que alrededor de 13 millones de personas visitarán el recinto religioso entre el 5 y el 14 de diciembre.
El año pasado se contabilizaron 12.3 millones de visitantes, y la expectativa es superar esa cifra.
Para manejar la afluencia, la ciudad activó el llamado Operativo Basílica, que reúne a 105 mil servidores públicos encargados de vigilar accesos, orientar a los fieles y atender emergencias.

La alcaldesa Clara Brugada informó que el dispositivo se extenderá hasta el 14 de diciembre, periodo en el que se movilizarán diversas dependencias, desde Protección Civil hasta el Metro
Movilidad reforzada y puntos de atención médica
La llegada de peregrinos implica una presión extraordinaria sobre el transporte y los servicios públicos. El Metro incrementará el número de agentes en las estaciones cercanas al santuario y se desplegará una red de brigadistas de Protección Civil y personal de salud.
El plan de emergencia contempla:

Impacto económico y convivencia con los vecinos
Cada diciembre, la llegada de millones de peregrinos también transforma la dinámica económica de la zona norte de la ciudad.
En 2024, el gasto asociado a la visita a la Basílica alcanzó 1,600 millones de pesos, y el Gobierno capitalino estima que este año la cifra será mayor.
Ante las afectaciones al tránsito y a la actividad cotidiana, Brugada pidió paciencia a los residentes de la zona y recordó que la afluencia masiva forma parte de una tradición que mueve a millones de personas cada año.
Los visitantes no solo llegan de distintos estados del país: también viajan desde otros países de América e incluso de continentes lejanos.

Todos buscan llegar al santuario construido al pie del Cerro del Tepeyac, donde, según la tradición católica, la Virgen de Guadalupe se apareció al indígena Juan Diego el 12 de diciembre de 1531. Juan Diego fue canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II