Carencias en Juntas Locales de Conciliación propician "pequeña corrupción"

La corrupción es una práctica desleal e incorrecta que a pesar de serlo, lamentablemente ha sido normalizado por la mayoría de la población mexicana, hay muchos ejemplos de pequeños actos de corrupción que en principio pudieran parecer insignificantes, pero en masa son contraproducentes.

Desde un agente de tránsito que pide mordidas, hasta el hermano de un presidente de la República recibiendo fajos de dinero, para ambos casos se trata de corrupción.

Las Juntas Locales de Conciliación y Arbitraje son el ejemplo perfecto de eso, está a la vista de todos que en ocasiones hay litigantes o clientes que ofrecen dádivas para acelerar los procesos.

Las carencias, desde falta de viáticos para hacer notificaciones o sentencias, hasta la falta de tóner y hojas blancas, dan pie a que los funcionarios públicos caigan en estas prácticas.

Normalmente los servidores públicos ingresan con la mejor intención y ánimo de hacer bien las cosas, pero si los superiores no los apoyan cubriendo las herramientas necesarias para desempeñar el cargo, es cuando se está en riesgo de caer en pequeños actos de corrupción.

Hay quienes se ven en la necesidad de cubrir las necesidades con sus propios recursos pero lamentablemente, a otros no les alcanza, hasta que las autoridades estatales no cambien eso, seguirán ocurriendo este tipo de prácticas.