Hay pequeños actos de corrupción que se han vuelto parte de nuestra vida cotidiana y no reparamos en ello, porque lo asociamos con algo normal o una falta menor.
Hay tipos de corrupción, como la política que se refiere a los actos delictivos cometidos por funcionarios y autoridades públicas que abusan de su poder e influencian a realizar un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos a los que tienen acceso, anticipando sus intereses personales. O la corrupción simple, que es el abuso de poder aplicado en cualquier labor, por cualquier persona.
Como sociedad hemos aceptado un tipo de corrupción que a diario vemos cuando circulamos por el centro de Zihuatanejo, y es cuando algún elemento de tránsito vehicular, le pide a los transportistas una cantidad de dinero para dejarlos más tiempo en sus paradas, de pronto vemos como cada camión pasa junto al oficial para entregarle una moneda, un acto de corrupción que hemos aceptado.
En un sondeo breve aplicado en el primer cuadro de la ciudad, dos personas evidenciaron los tipos de corrupción que son muy visibles, pero que se han aceptado en la sociedad porque nadie levanta la voz para que se dejen de hacer.
Una mujer comentó que la permisión de dobles filas de vehículos en las calles angostas, es un abuso de poder de los locatarios, del mismo chofer particular coludido con los tránsitos municipales, un acto que se permiten y no está mal visto ante la sociedad, sin embargo trae consecuencias para los transeúntes.