La fobia social, también conocida como trastorno de ansiedad social, es mucho más que simple timidez. Se trata de un trastorno psicológico que afecta gravemente la vida cotidiana de quienes lo padecen, llevándolos al aislamiento, la evasión de interacciones sociales y una angustia constante al enfrentarse a situaciones comunes como hablar en público, asistir a una reunión o simplemente interactuar con desconocidos.
Las causas de la fobia social pueden ser múltiples. Factores genéticos, experiencias traumáticas, estilos de crianza demasiado estrictos o sobreprotectores, así como desequilibrios químicos en el cerebro, pueden contribuir al desarrollo del trastorno.
Aunque puede manifestarse a cualquier edad, la fobia social suele comenzar en la preadolescencia una etapa en la que la presión social y la necesidad de aceptación son especialmente fuertes. Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que entre un 7% y un 13% de la población puede padecer este trastorno en algún momento de su vida, siendo más común en mujeres que en hombres.
Fobia Social
7% a 13% de la población en el mundo padecen fobia social
Fuente: OMS
Para detectarlo, los padres deben ser muy observadores con sus hijos, no obstante, hay algunos signos de alerta que pueden ayudar a detectarlos.
¿Cómo detectarla en eventos sociales?
Antisocial
Miedo
Sudoración
Temblores
Palpitaciones
No mantiene contacto visual
Aislamiento progresivo.
Fuente: Diagnostico psicológico
La forma de tratar a las personas con estas conductas es desde la empatía, respeto y comprensión para evitar un mutismo selectivo.
La fobia social tiene tratamiento y, con el apoyo adecuado, muchas personas logran recuperar una vida plena y activa. La empatía, la información y el acompañamiento son esenciales para que quienes padecen este trastorno no se sientan solos ni incomprendidos.