Halloween, ¿dulce o truco?

Brujas, superhéroes, vampiros, princesas y hasta personajes de videojuegos se han dejado ver en las calles del puerto durante los últimos días de octubre. Con la llegada de Halloween, los niños, aprovechan la ocasión para sacar sus mejores disfraces, llenar sus calabacitas y disfrutar de una de las celebraciones más esperadas del año.

Aunque algunos aseguran que "las tradiciones mexicanas deben prevalecer", la noche del 31 de octubre sigue siendo un pretexto perfecto para convivir, reír y, sobre todo, comer dulces. En colonias como el centro, Infonavit El Hujal, Agua de Correa y El Limón, es común ver grupos de niños acompañados por sus padres, tocando puertas y gritando con entusiasmo: "¡Queremos Halloween o queremos calaverita!".

Las tiendas y negocios locales también se suman al ambiente festivo: adornan con telarañas, calaveras luminosas y globos naranjas, mientras reparten caramelos y chocolates a quienes llegan disfrazados. Algunos restaurantes y bares organizan concursos de disfraces, donde la creatividad no tiene límites: desde zombis elaborados con maquillaje profesional hasta simpáticos disfraces caseros hechos con materiales reciclados.

Aunque la celebración de Día de Muertos mantiene su arraigo cultural y espiritual, el Halloween se ha convertido en una fiesta lúdica que fomenta la convivencia familiar y vecinal. En muchos hogares, las dos tradiciones se mezclan: calaveras de azúcar junto a calabazas talladas otras endulzadas, pan de muerto y dulces de colores compartiendo mesa.

Entre risas, sustos y montones de dulces, los niños de Zihuatanejo siguen demostrando que el Halloween, más que un truco, sigue siendo un dulce motivo para pasarla bien.