Cada vez más jóvenes en México deciden no tener hijos. En un sondeo realizado en Zihuatanejo, habitantes de distintas edades coincidieron en que el panorama económico, la falta de empleos estables y el cambio en las aspiraciones de vida han modificado radicalmente la idea tradicional de "casarse y formar una familia".
Para Griselda Gómez, una de las entrevistadas, la raíz del problema está en la falta de madurez y en que muchos ven la paternidad como un juego.
Otras voces subrayan que se trata de una decisión consciente y responsable.
Adelaida, otra participante, señaló que la crianza implica gastos que no todos pueden cubrir y para María de Jesús, el fenómeno también refleja un cambio cultural profundo.
El sondeo mostró que la idea de formar una familia ya no es una prioridad para gran parte de la juventud. Viajar, estudiar, emprender un negocio o simplemente disfrutar la vida sin compromisos son objetivos que han desplazado la crianza de hijos.
La opinión general es que el costo de vida y la inestabilidad laboral han hecho que tener hijos se perciba como una carga difícil de asumir. Para muchos, la paternidad y la maternidad ya no son un destino inevitable, sino una elección que requiere condiciones económicas y emocionales sólidas.